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miércoles, 27 de mayo de 2009

madrí, madrí, madrí

El pasado fin de semana nos fuimos con los papás a un sitio llamado Madrid, lo más importante era visitar un parque con animales llamado zoo. Siempre que hay algo especial papá y mamá se pasan la semana recordándonoslo y claro, llega el día H y Keneni no puede más de los nervios, me pasé todo el camino buscando los famosos animales, no sabía que los del zoo eran tan grandes.


La primera sorpresa fue descubrir que en Madrid hay unos trenes pequeñitos que se llaman metro, cogimos muchos, el fin de semana prometía.



Llegamos al zoo después de un metro y un autobús, ¡con lo que nos gustan los colectivos!, y allí nos esperaba Álex, qué ganas teníamos todos de vernos pero hay amores que duelen :-D




Una vez en el zoo la presión parecía vencernos, esa es la cara que se nos quedó al ver los delfines dar brincos . . . .

.... pero realmente era hambre lo que teníamos, cargamos las pilas con un picnic y apartir de ahí todo cambió.




El desfile de animales comenzó, nos olvidamos ya de pájaros y delfines y empezamos con los bichos de verdad,

Algunos eran muy simpáticos y divertidos
y risueños

pero había más de uno que no se ganaba la propina



sobre todo el Panda, no nos hacía ni caso, y no será porque no le llamamos. Papá y mamá se fueron indignados con el estilo de vida pandil, qué tío jeta.

Ésta era nuestra pandilla, Jorge, Álex y Alejandro.
En definitiva, nos vemos preparados para un safari.




Al días siguiente nos fuimos a otro parque, sin animales pero con plantas, nada más llegar me (Keno) encontré con una palmera y me puse a desfilar, porque estos papás rojeras no nos dejan ir al Domingo de Ramos.




Yo (Keneni) dije que me quería subir al elefante y al final lo hice, aunque fuese más pequeñito iba muy rápido.

En ese parque había una piscina muy grande y papá nos convenció para hacer lo que al él le hacía más ilusión, montar en barquito, dice que es el primer paso a una cosa llamada yate.

Entonces entendimos porqué nos habían vestido de gondoleros.



Pero aunque los que querían subirse eran los papás, el trabajo duro queda para los pequeños, explotados como siempre.




Para acabar el fin de semana fuimos a un bar a comer injera, la comida de Etiopía, Keneni decidió que era buen momento para estar castigado, pero a mí me gusto mucho eso de comer con las manos.
Después de comer intenté ligar con una niña que se llamaba Silvia, pero me hizo menos caso que el Panda. Me decía papá que era muy guapa pero por más que miraba no veía nada detrás del ombligo de Susana.

Un paseito por la Plaza y de vuelta a casa, un fin de semana intenso del que tardaremos en recuperarnos.

jueves, 14 de mayo de 2009

SAN PEDRO REGALADO

ANTES.......
DURANTE..........
DESPUÉS.